La carga viral del SARS-CoV-2

Redacción OneHealthIN/ marzo 23, 2020

Por: Dr. Fernando Fariñas Guerrero

Se ha publicado un artículo en Lancet que puede ser interesante sobre carga viral del SARS COV 2, en relación a la gravedad del COVID19 (Foto 1).

Fuente: The Lancet

Interesante artículo, pero:

1. La carga viral a nivel nasofaríngeo, de un virus respiratorio cuya principal diana y patogenicidad la ejerce a nivel de las células respiratorias del tracto respiratorio inferior (principalmente células alveolares), va a depender de la carga que se alcance a este nivel, del número de receptores que las células presenten frente al virus, de la cinética de respuesta inmunitaria que se desarrolle, y sobre todo del patrón de respuesta inflamatoria que presenten los infectados.

2. Además, la medida de carga viral en secreciones respiratorias NO ES CONSTANTE porque no es un compartimento homogéneo como plasma, suero o LCR. Depende de que el paciente excrete más o menos virus, de ahí los “superspreaders”

3. Es por ello que podemos encontrar otros coronavirus como el COV NL63, que empleando el mismo receptor ACE2 que el SARS COV 2, sin embargo se comporta como un virus de un resfriado común, cuya carga viral se asocia a alta transmisibilidad y no a gravedad.Claro está que en este virus la presencia de inmunidad previa por contactos durante tiempo puede ejercer este menor efecto en la patología.

4. Es decir que la carga viral naso/orofaríngea me puede indicar mayor capacidad de transmisión, pero no necesariamente mayor gravedad. Eso va a depender de lo ya comentado y sobre todo, como se está demostrando, de la respuesta inmunitaria que se haga a nivel de TR inferior.

5. Podríamos poner otros muchos ejemplos con otros virus respiratorios pero esto es más para disertar que escribir.

6. Para terminar, un reciente estudio publicado hace tres días en NEJM, encontró, que la carga viral de pacientes asintomáticos era similar a la de pacientes sintomáticos, por lo que nos queda todavía algo más para elucidar realmente la importancia real de estos hallazgos (fotos 2 y 3).

 

Fuente: The New England Journal of Medicine

Extracto

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