ARBOVIRUS Y PARÁSITOS TRANSMITIDOS POR MOSQUITOS Y OTROS DÍPTEROS HEMATÓFAGOS

Javier Abrego/ abril 19, 2020

Este texto pertenece al libro: ONE HEALTH Cambio climático, contaminación ambiental y el impacto sobre la salud humana y animal.

Introducción al concepto:

Los dípteros hematófagos son un amplio grupo de insectos que necesitan la sangre de los animales vertebrados para realizar la puesta de huevos y como fuente de alimentación. No son los únicos, pues otros muchos artrópodos como las pulgas, los chinches o las garrapatas también se aprovechan de ese recurso.

Como su nombre indica, son insectos que solo tienen dos alas funcionales, siendo un grupo muy heterogéneo en el que la mayoría no tiene ningún interés sanitario, pero dentro de ellos se encuentran varias familias cuyas hembras necesitan ingerir sangre para que se produzca la maduración y desarrollo de los huevos. Algunas de estas familias se encuentran en España y son responsables de importantes pérdidas en nuestra calidad de vida, por las molestias que causan y por su capacidad para transmitir enfermedades.

Los artrópodos que tienen la capacidad de poder transmitir patógenos se les denominan vectores, pero el hecho de alimentarse de sangre no implica que necesariamente puedan transmitir enfermedades. De todos los dípteros hematófagos presentes en España hay tres familias diferentes que podemos destacar por su interés como vectores, los mosquitos verdaderos (familia Culicidae), los flebótomos (familia Psychodidae, subfamilia Phlebotominae) y los jejenes (familia Ceratopogonidae).

Los mosquitos y los flebótomos son dípteros responsables de la transmisión de patógenos de gran impacto en la salud humana. Los mosquitos son vectores de enfermedades como la malaria, que causa la muerte de más de 450.000 personas y cerca 250 millones enferman cada año por este parásito. Igualmente son los responsables de la transmisión de un importante número de virus que afecta a la especie humana como el dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis japonesa o el chikunguña. Así como algunas enfermedades compartidas que pueden afectar tanto a personas como a los animales, destacando por ser enfermedades emergentes en nuestro entorno mediterráneo la fiebre del Nilo Occidental y la fiebre del Valle del Rift, ambas de gran impacto económico y sanitario. Por otra parte, los flebótomos son los transmisores de un conjunto de enfermedades conocidas como leishmaniasis, que afecta cada año a cerca de un millón de personas (WHO 2019). También están implicados en la transmisión de virus que origina encefalitis como el virus Toscana, ampliamente repartido por España. Los jejenes son los responsables de la transmisión de un grupo de enfermedades víricas importantes, sobre todo, en ganadería como la lengua azul y la peste equina africana, con una morbilidad del 100 % de los rebaños afectados y mortalidades que pueden alcanzar el 70 %, dependiendo de la cepa del virus. Provoca además un gran impacto económico pues se prohíbe las exportaciones de animales de los países afectados.

Estos tres grupos están muy diferenciados tanto en su morfología como en su biología y costumbres.

El texto ha sido escrito por : Javier Lucientes Curdi – Catedrático de Sanidad Animal. Área de Parasitología. Departamento de Patología Animal. Profesor de la Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza.

Para saber más: https://amazingbooks.es/one-health

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